Científicos estadounidenses están investigando
la utilización de drogas como el LSD en tratamientos de depresión, migrañas y
en desórdenes compulsivos-obsesivos, informa The Guardian.
El
primer ensayo clínico tuvo lugar en Suiza en los setenta. En aquella ocasión se
utilizó el LSD en enfermos terminales, y en la actualidad se han ido
incorporando otras pruebas como el Psilocybin -una sustancia que se encuentra
en las setas alucinógenas- con enfermos de cáncer, y con MDMA o éxtasis para el
estrés post-traumático. Las sustancias ayudan al paciente porque la droga se
instala en los receptores químicos de las células nerviosas que envuelven la
serotonina neurotransmisora., que afecta a un gran número de actividades
cerebrales, aunque todavía se desconocen los efectos que pueden tener en la
percepción y en los niveles de conciencia de los pacientes.
Según
Roland Griffiths, profesor en la Escuela de Medicina Johns Hopkins de Baltimore
"se está trabajando sobre la hipótesis de que el psilocybin o LSD puedan
ocasionar experiencias espirituales que ayuden a los pacientes a sobrellevar su
enfermedad". Y es que a pesar de la psicosis y drogadicción que se puede
derivar del uso de este tipo de drogas, si están bien administradas pueden
resultar seguras.
Usos en la medicina
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